sábado, 14 de marzo de 2009

Texto con neologismos. Fernando Albor

El poema héroes de Juan Gelman, en su obra Cólera Buey, 1965:

los soles solan y los mares maran
los farmacéuticos especifican
dictan bellas recetas para el pasmo
se desayunan en su gran centímetro
a mí me toca gelmanear
hemos perdido el miedo al gran caballo
nos acontecen hachas sucesivas
y se amanece siempre en los testículos
no poca cosa es que ello suceda
vista la malbaraja del amor estos días
los mazos de catástrofes las deudas
amados sean los que odian
hijos que comen por mis hígados
y su desgracia y gracia es no ser ciegos
la gran madre caballa
el gran padre caballo
el mundo es un caballo
a gelmanear a gelmanearles digo
a conocer a los más bellos
los que vencieron con su gran derrota





Los términos solan y maran son dos neologismos léxico-semánticos de composición normal que derivan de dos sustantivos(soles y mares), provocando de este modo un juego de palabras y a la vez una aliteración.

El poeta trata de distribuir los roles o los caminos que deben llevar a cabo los elementos y las personas que existen en el mundo: soles/solan, mares/maran, farmacéuticos/especifican... a Gelman le toca gelmanear. Produce el autor así otro neologismo, también de composición normal, cuyo significado analizando el contexto del poema sería algo similar a "cabalgar", ya que en versos posteriores expresa que ha perdido el miedo al gran caballo. Su destino es gelmanear, galopar por el mundo.

Malbaraja es un caso de híbrido perteneciente a la categoría léxica. Las palabras que se asocian son mal y baraja, uniendo en el neologismo el acto y el resultado del barajar. La partida tiene como objeto el amor y a continuación se acentúa el sentimiento de fracaso con el uso de un neologismo metafórico de categoría semántica: “los mazos de catástrofes”.

Iniciando una serie de repeticiones aparece caballa. El procedimiento utilizado es la sustitución rompiendo la regla usual, puesto que lo correcto sería incorporar el término yegua... este neologismo surge debido a la intención del autor de feminizar las palabras para que, del mismo modo, el poema sea aún más estético.

Finalmente volvemos a ver el neologismo gelmanear ("a gelmanear a gelmanearles digo"), quizás con el propósito de implicar al lector, de hacer que piense: ¿debe cabalgar el lector también por sí mismo?, ¿debe comprometerse en sus obras?, en definitiva... ¿debe gelmanear?

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